Dan las 6:00 a.m; cargas con la decisión que tomaste de estudiar para poder trabajar, para poder vivir contento con lo que dices que te gusta hacer. Cargas tu mochila, tu instrumento y unos cuantos pesos para subirte a ese camión lleno de gente, cuyos pesares y sin darte cuenta, también cargas.
Cargas con la cabeza del yonqui de alado, quien se carga un sueño que quisieras haber sentido a media noche, cuando pensabas en soltar todo lo que cargas. Llegas a la escuela, te soplas toda la clase de armonía tradicional, esforzándote al máximo por no caer dormido mientras tus compañeros siguen sin entender el tema, no avanza, también lo cargas.
Sales de la escuela, te fumas todo ese veneno tan exquisito, que sabe a todos los fracasos familiares que para todos lados, que ni para ir al baño, dejas de cargar. Vas al ensayo cargando con todas tus cosas, cargas con la impuntualidad de quien se dice tu jefe, cargas sus inseguridades y su falta de criterio. Sabes perfectamente que su trabajo, lo podrías hacer mil veces mejor. Pero mejor te quedas calladito y eso también lo cargas.
Cargas con las muertes diarias que aparecen en los noticieros y también las que no, te hacen creer que son culpa tuya, porque a pesar de todo lo que cargas, no cargas lo suficiente para hacer de este un país mejor. Esa culpa no la cargas tú, te la encargan, te obligan a cargarla los mismos asesinos que la crearon. Cargas tu cruz hasta la línea de ejecución, pero con tal de no ser crucificado, sigues cargando.
Tus piernas son débiles, delgadas, incluso podría decirse huesudas, pero de alguna forma no dejan de cargar, cargan tu ira, cargan tus fracasos, cargan los de los demás, sin esas piernas escuálidas todo se caería a la mierda, así que aguantan cada ventisca, cada frente frío, cada rechazo y cada felicitación falsa de cada persona que podría haberte necesitado en su vida, porque los tienes que cargar a todos. No olvides que eres el pilar que no puede ceder, porque todo se va a caer y no quieres ni pensar en las consecuencias. Ya que los cargas tan alto que si los soltases, se matan. Así que carga esas ganas de soltarlo todo también, también tiene su peso y su razón de ser, ya que si no está en tu espalda, estará en tu mente y te sentirás muy decepcionado cuando te des cuenta de que daba exactamente lo mismo si lo cargabas o lo dejabas caer, porque todas esas personas valen lo mismo que tú. Nada.
Ahora suelta esa carga, tira esas ganas de proteger a tu gente de cosas que ellos mismos buscan para hacerse daño, tira el recuerdo de esa chica que daba todo por ti, pero por estar cargando otras cosas, la terminaste soltando. Que se joda, ella fue la ingenua, no tienes que cargar con la culpa de dañar a alguien cuando te estaban dañando. Deja que se le caiga su proyecto al farolas que te prometió de todo con tal de que crearas arte en su nombre. Suelta el arte, al fin y al cabo a nadie le importa tu esfuerzo en que sea perfecto, el nihilismo y el posmodernismo han logrado hacer que nada importe, no importa cuánto practiques, cuánto te esfuerces, el arte no le importa a nadie aquí porque ya nadie tiene alma. Total ¿Para qué la quieres? ¿Para torturarte? ¿Para que dejes de ser indiferente ante toda la muerte a tu alrededor? ¿Eso de qué te sirve? Sólo son más cargas y tú sólo eres una insignificante hormiga en una colonia de hormigas indiferentes. Mejor únete a nosotros ¿No ves lo fácil que es? Simplemente tienes que soltar toda esa carga y sentarte a nuestro lado a ver cómo el mundo termina de arder. Ni siquiera necesitas hacer nada, solito está muriéndose y todos esos imbéciles con él.
Ve lo delicioso que se siente soltar todo ese perfeccionismo y contribuir a la mierda que nos está destruyendo, sólo tienes que abrirle la puerta y la oscuridad hará un trabajo por ti. Puedes dejar de esforzarte, ni siquiera preocuparte por las consecuencias de terminar tirado o muerto en algún puente. O peor aún, en tu sillón donde te aplastas a olvidar cada vez que tienes la oportunidad. Deja que muera, deja de regarla, ya no sigas desviviéndote porque tus descendientes no paguen las consecuencias de tus actos, porque igual, cargarán con ello para después darse cuenta que no valía la pena. Son ellos quienes terminarán de matar al mundo, sí, sé que es tu mayor temor, pero déjalo ser ¿Qué tan malo sería? ¿No es el fuego un gran purificador? ¿No debería consumirse todo en las llamas para volver a crecer? Déjalo morir, míralo retorcerse mientras te das cuenta de que todo lo que cargabas y protegías de tus propios miedos, son nada más y nada menos que tus propios miedos, míralos achicharrarse a los perros, que sufran. Que se extingan; total, mañana estarán contigo otra vez, pegados a tu oreja, contracturando tu espalda, riéndose de tu vano intento por huir de ellos, por tu ridícula empresa en su contra, sin darte cuenta de que todos esos miedos y todo ese asqueroso exterior que quieres tanto dejar morir, eres tú mismo.